Una procesión en verde o violeta, zapatos rojos en escalinatas de Tribunales o cuerpos desnudos embalados con plástico transparente como los de la última marcha por el asesinato de Ursula Bahilo, son parte de un movimiento de manifestaciones performáticas que cobran cada vez más impulso en el accionar del espacio público, desde una concepción estética que impacta y visibiliza temas tan dolorosos como la violencia de género y los femicidios, incrementados en estos tiempos de pandemia.
En paralelo a las distintas performances que dan visibilidad a las desigualdades y violencias hacia las mujeres y disidencias, como evidenció la "marea verde" para reclamar la legalización del aborto, también se dan apropiaciones desde la política para manifestar algo diametralmente disonante al uso planteado desde los feminismos o los colectivos trans, pero utilizando los mismos recursos.
Una de estas reapropiaciones de sentido inverso al original tuvo lugar el pasado 27 de febrero, cuando desde la oposición política enrolada en Juntos por el Cambio se convocó a realizar una protesta pública "en rechazo a las vacunaciones contra el coronavirus fuera de protocolo". Así, en la emblemática plaza donde está ubicada la Casa Rosada, se instalaron bolsas negras colgadas de las rejas que rodean la Pirámide de Mayo.
En la entrevista realizada a Silvia Citro en noviembre de 2019, por la Universidad de Antioquia de Medellín (Colombia), se indaga sobre la enseñanza de la Antropología en la universidad.