Buenos Aires, 8 de abril de 2020 (Télam)
Una artista convoca a hacer performances que recreen la experiencia del encierro
"Performance de encierro" es el proyecto virtual y expansivo que propone la artista visual Ariadna Pastorini, quien convoca a creadores conocidos y otros que le proponen, a participar con el registro en video de una performance de un minuto que explicite una acción o un sentimiento relacionado con estos tiempos de cuarentena con el fin de divulgar los trabajos diariamente en su blog.
Pastorini explicó que el proyecto surgió después de ver en las redes a colegas y amigos que no están pasando bien este momento de aislamiento social obligatorio, al que asoció con una situación particular experimentada en carne propia, la "de no poder salir de un lugar", que ella misma registró en 2001 a través una serie de mini-historias referidas a su cuerpo.
"Frente a esta espera silenciosa es saludable hacer algo para animarnos. Nos ayuda también -contó a Télam-. A raíz de una performance que hice pensé en convocar a la gente a hacer acciones similares en su casa, de un minuto de duración, porque al igual que lo que yo había sentido en el 2001, la pandemia es como la crisis del cuerpo".
Pastorini nació en 1965 en Uruguay. Desde 1975 vive y trabaja en Buenos Aires. Sus obras son esculturas textiles, performances, instalaciones, videos y vestuarios. Comenzó haciendo performances en los años 80 y en los 90 formó parte de los artistas del Centro Cultural Rojas. En 1997 ganó la beca Kuitca, en el 2000 la residencia en el Banff Centre for arts and Creativity en Canadá y en 2018 la Beca Pollock- Krassner.
La artista señaló que convocar a otros es una modalidad de trabajo que permite nuclear artistas para hacer cosas en conjunto. "Esto viene ya de los 90, época del HIV en que murieron muchos artistas. Ahí empecé a trabajar junto con Alfredo Londaibere y Sebastian Linero. Se nos ocurrió -como desde siempre trabajé con el tema de la muerte- hacer una especie de colectivo, una serie de eventos sobre el día de los muertos, donde cada uno podía canalizar lo que le estaba pasando".
Desde 1993 hasta el 2000, el proyecto de creación colectiva funcionó a partir de una idea donde "se invitaba a distintos artistas, de distintas generaciones, conocidos o no".
"Siempre trabajé de esa manera. Tengo esa rutina de trabajar con la gente -explica Pastorini-. Al hablar en estos días con amigos detecté que hay mucha gente que está mal y que no puede canalizarlo. Por eso se me ocurrió lanzar esta iniciativa Las situaciones de crisis me generan acción, necesidad de hacer", prosiguió.
"Me interesa la performance, el hecho artístico, porque todo esto tiene que ver con el cuerpo. Aquello que pueda servir para sacar la tensión de la espera. Los primeros videos que me mandaron eran 'sin cuerpo': se reflejaba como el contexto pero no se veía el cuerpo -relata la artista-. Pero ahora que está avanzando la cuarentena me están enviando más cosas donde sí aparece el cuerpo", añadió.
Pastorini dijo que su idea es extenderlo hasta que termine el período de aislamiento social: "Es un trabajo en desarrollo del cual voy viendo las posibilidades pero aún no tengo resuelto cuál va a ser el destino final del proyecto".
La iniciativa "tiene que ver con mirar qué hace el otro, algo que se había perdido en el arte" y refiere que le proponen seguir trabajando sobre "el aislamiento", pero no lo tiene definido.
"Por lo pronto trabajo con el presente y veré cómo se desarrolla. Es un proyecto vivo, se va haciendo día a día", afirma y comenta además que a la gente le gusta.la propuesta: "Todos quieren hacer, pero hay algunos que después se conflictúan y te dice que no les sale nada o que no les gusta verse", sostuvo.
"Me mandan videos de todos lados. Es bueno porque es una situación en la que estamos todos en la misma, acá y en todas partes. Se vuelve como una cosa muy lineal", dice Pastorini, que ha recibido aportes desde Argentina, Alemania, España, Reino Unido Estados Unidos y Uruguay.
Los interesados pueden participar o mirar las performances en https://performancesdeencierro.blogspot.com/
mismo tena desarrollado en la Revista Ñ
Buenos Aires, 10 de abril.
Videoperformance. Microrrelatos de la cuarentena, por Laura Casanovas
Convocados por Ariadna Pastorini, artistas de todo el mundo aportan cada día videos de un minuto o menos desde sus lugares de aislamiento. Sus reflexiones sobre el encierro pueden verse en un sitio web.
Qué hacer frente a la espera? ¿Cómo poner en movimiento esa quietud? ¿Qué acciones proponer/se durante un tiempo largo en un contexto limitado mientras se aguarda lo que vendrá? Son preguntas que la artista Ariadna Pastorini se hizo en 2001 a partir de una situación personal, que la obligó a un tiempo de espera en un departamento. Entonces, con el impulso de hacer algo, Pastorini –nacida en Montevideo en 1965 y residente desde niña en Buenos Aires, donde formó parte de los artistas que poblaron la escena de los años 90 desde la galería del C.C. Rojas– tomó la cámara de fotos y comenzó a realizar videos de un minuto creando breves historias vinculadas a su cuerpo en ese sitio. El presente estado de cuarentena por la pandemia del coronavirus, hizo que la artista –creadora de performances e instalaciones que plantean la presencia/ausencia del cuerpo– volviera a experimentar las sensaciones de aquella vez y lanzara una propuesta dirigida a artistas de todo el mundo invitándolos a realizar una videoperformance de un minuto en su lugar de espera.
Las respuestas comenzaron a llegar y este work in progress, titulado Performances de encierro, que finalizará con la cuarentena –plazo aún bastante impreciso en varios países– se puede seguir a través del link https://performancesdeencierro.blogspot.com/, donde Pastorini va subiendo los videos (previa selección realizada por ella misma). Se trata de un interesante corpus de trabajos con algunas modalidades recurrentes hasta el momento. Una de ellas es la idea de la ausencia del cuerpo o la de la visión de partes de un cuerpo.
1° de abril. Gloria Dostal Machnowski, Verona, New Jersey, Estados Unidos. “Birdcage”,
En la propuesta de Gloria Dostal Machnowski (New Jersey, Estados Unidos) una persona se dirige hacia la puerta de salida de una casa (solo vemos sus pies y parte de sus piernas) y desde ese límite entre interior y exterior muestra una vista de la calle. Luego cierra la puerta, vuelve sobre sus pasos y se sube a una bicicleta fija. En el trabajo de Débora Daich (Buenos Aires) una mano abre una caja donde vemos un texto escrito con letras negras impresas formando un sendero a partir de la repetición de la frase “(la bicicleta sigue atada)”. Los paréntesis ponen de manifiesto también el encierro y el texto cobra una forma poética. Hasta que se cierra nuevamente la caja.
30 de marzo. Rosenda Yañez, Monforte de Lemos, Galicia.
En momentos de reflexión sobre la asimetría que la presente situación mundial estaría generando entre libertad y seguridad, a partir del reforzamiento de esta última en detrimento de la primera, varios pensamientos pueden venir a nuestro encuentro desde diversos campos del conocimiento. El filósofo Maurice Merleau-Ponty, por ejemplo, sostiene en su Fenomenología de la percepción: “Tomada concretamente, la libertad es siempre un encuentro del exterior y del interior (…)”. Algo de esto resuena con fuerza en varias de las videoperformances. Es el caso de Rosenda Yañez (Galicia), que propone una pantalla dividida en dos. De un lado, el rostro de una mujer con anteojos negros mirando a través de una ventana con una mano levantada en un gesto que podría ser de saludo o de pedido de auxilio. A su lado, la imagen de un reloj digital con la hora que avanza durante el pasado lunes 30 de marzo. De fondo, sonidos difíciles de descifrar en una propuesta intrigante y perturbadora, entre el interior, el exterior y el tiempo transcurrido segundo a segundo.
2 de abril. Alejandra Gonsebatt, Munich Alemania.
Verónica Ryan (Buenos Aires) plantea una perspectiva con predominio del contrapicado de copas de árboles siguiendo diversos ritmos y con movimientos circulares. Algo similar sucede en la acción de María Rosa Andreotti (Buenos Aires), donde la cámara realiza una trayectoria circular por un balcón rectangular una y otra vez. No es casual esta clase de movimiento que remite al encierro y a la dificultad de encontrar una salida (literal y metafórica), que nos lleva a pensar también en el símbolo circular del ouróboros, la serpiente que se come su propia cola.
1° de abril. Anna-Lisa Marjak, Buenos Aires.
El investigador e historiador del arte Jorge Zuzulich, autor y compilador del libro 5.5 Videoperformance, alguna vez escribió que si bien la videoperformance y la performance “comparten el contexto de su nacimiento, hay un abismo que las separa dado por la co-presencia de espectador/performer (sinónimo de comunión) la cual se desplaza al terreno de la observación pasiva, de la espectacularización (videoperformance)”. En relación al presente proyecto, Zuzulich comentó a Ñ: “La propuesta de Ariadna Pastorini, me obliga a volver sobre mis palabras para desdecirme. Nunca como en este contexto, signado por el encierro, la angustia y la muerte, el arte fue tan necesario para certificar frente a nosotros, una vez más, la posibilidad de una existencia distintiva. Esta lógica desterritorializadora enlaza lo real (el estar aislado) con lo virtual (la capacidad de generar comunidad mediante las redes informáticas). La distancia espacial y la mediatización de la pantalla sucumben frente a la tangibilidad de esos cuerpos, a la intensidad que emana de sus acciones, las cuales llegan a ‘tocar’, de manera simbólica, a los espectadores. Es aquí donde reside el vestigio del carácter presentativo de la acción performática mediada por el video y la red.” Unos pies con zapatos de plataforma que parecen provenir de un cuerpo sedente se mueven al ritmo de una música. Una mujer gira y gira en un mismo círculo en un ambiente interior. Es llamativo que se trata de dos videos que Pastorini realizó en 2001. Nada más actual, más premonitorio de esta situación social que entonces era solo una aislada experiencia individual.
También la idea del cuerpo girando sin pausa en círculos en el interior de una casa aparece en la propuesta de Anna-Lisa Marjak (Buenos Aires) realizada pocos días atrás. Y Alejandra Gonsebatt (Munich) muestra un conjunto de pequeños muñecos moviéndose ininterrumpidamente en un mismo lugar en una escena entre lúdica, humorística y metafórica. La música es protagonista del video de Jorge Morales (Watford, Reino Unido), mientras el diapasón en primerísimo plano de una guitarra acapara la imagen realizada por el músico Ramiro Gutiérrez (Buenos Aires).
1° de abril. Nicolás Rodríguez. Buenos Aires.
“Cabría argumentar –sostien e la ensayista Siri Hustvedt en su texto Convertirse en otro– que todas las experiencias de arte poseen una cualidad sinestésica, que el arte estimula un Yo sensorial multimodal. Mirando un cuadro, por ejemplo, ¿no sentimos el pincel?”. En estas Performances de encierro sentimos cada cuerpo, su presencia directa o indirecta, su vínculo con el entorno, los objetos que lo rodean, los sonidos que lo convocan, las emociones que lo activan. Sentimos que el arte, una vez más, nos acerca alguna respuesta –aunque sea provisoria, lo cual ya es mucho en este presente– para sentirnos más acompañados, comprendidos, libres.
Fuente: https://www.clarin.com/revista-enie/arte/microrrelatos-cuarentena_0_qaWmRAke-.html