¿Qué sucede cuando el ser se extiende en las materialidades de troncos y ramas, en las pulsiones vitales de los animales, en las respiraciones y fluidos que nos conectan con las materialidades otras creadas por las culturas…? 

Otra vivencia del ser emerge: somos seres-en-el mundo: cuerpos significantes que en sus devenires existenciales se entretejen, afectan y transmutan.
Durante mucho tiempo, las vidas de los pueblos originarios se han desplegado en estos devenires en los que los seres humanos y los no humanos estaban mutuamente entrelazados, a través de sensaciones, dones y agradecimientos, reciprocidades, y también hostilidades y luchas entre poderes…


Pero la colonialidad-modernidad no solo buscó conquistar territorios, sino también corporalidades, afectividades y maneras de comprender estos lazos existenciales. Así, fue surgiendo ese ser-sobre-el mundo: aquel individuo que con su racionalidad todopoderosa intentaba imponerse sobre las naturalezas, sobre aquellos otros humanos considerados diferentes, e incluso sobre sus propios afectos y sensibilidades, sospechados de pertenecer a aquella supuesta animalidad primigenia que requería ser siempre auto-controlada.
¿Pero qué sucedería si intentáramos hoy retomar algo de esas otras experiencias de ser-en-el mundo y recrearlas creativamente en nuestros cuerpos…?
A partir del ejercicio encarnado, imaginativo y reflexivo de esos otros modos de ser… ¿seríamos capaces de ensayar nuevas micropolíticas y poéticas existenciales que intenten decolonizarnos…?


Coordinación de video-instalación participativa: Silvia Citro;
Creación coreográfica e interpretación: Silvia Citro y Carina do Brito Barrote 
Cámara: Salvador Batalla
Montaje: Karina Kracoff 
Músicas: Cantos y toques instrumentales tobas de Pilancho Gonzalez y Ema Cuañeri; Gonzalo Iparraguirre
Pintura Corporal: Adil Podhjacer
Cámara y Edición de Jornadas:Soledad Torres Aguero

 

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