ARCOmadrid 2022, que reúne anualmente a galerías, artistas y coleccionistas, abrió sus puertas hoy en el centro de convenciones Ifema de la ciudad española y celebra así la recuperación de la presencialidad y su fecha habitual invernal en esta edición 40+1, tras la realizada en julio de 2021.
La feria reafirma su "compromiso" por América Latina con la innovadora sección "Nunca lo mismo. Arte Latinoamericano" y una selección de ocho galerías, curada por Mariano Mayer y la colombiana Manuela Moscoso, que continúa el trabajo iniciado el año pasado por el curador y poeta argentino radicado en Madrid y la experiencia de colaboración a distancia implementada entre artistas y galerías de latinoamérica con la sección "Remitentes".
Los curadores Manuela Moscoso y Mariano Mayer, gentileza Ifema Madrid.
"'Nunca lo mismo' es una sección dedicada al arte latinoamericano -explica el curador en diálogo con Télam-, es una región muy atendida por Arco desde los primeros años de la Feria", y sus cuatro décadas de vida, donde la materialidad es parte de la apuesta expositiva.
"De algún modo la exposición responde a contar una Latinoamérica no entendida como una unidad, no como una zona geográfica, sino como una agrupación de contextos diferentes que comparten un presente y un pasado político-social similar, pero que se ha dado en todo el continente de maneras distintas, y que el arte ha acompañado estás dinámicas de diferentes maneras", explica.
Se trata de ocho exposiciones de distintos países latinoamericanos, y dos galerías europeas "que trabajan con artistas latinoamericanos que viven en el contexto europeo, pero siguen produciendo en relación a esos vínculos, a ese modo de hacer o de relacionarse con las cosas y con el afuera", indica.
De las tres galerías de Buenos Aires que participan en este espacio, Piedras Galería presenta de nuevo a Jimena Croceri Pasto (Cutral-Có, 1989), al artista multidisciplinario nacido en Mendoza Mauricio "La Chola" Poblete (Mendoza, 1989) y Hache recupera la obra de Santiago García Sáenz (Buenos Aires, 1955-2006), que tuvo su primera muestra antológica "Quiero ser luz y quedarme" en la Colección Amalita durante 2021.
Lo importante, indica el curador, es que no son presentaciones de artistas "sino que son exposiciones realizadas por artistas en espacios de 25 metros cuadrados" para una obra variada.
"Hay una tensión importante a construir un lenguaje estético, formal y visual que pueda ser reconocido como tal y que pueda generar un efecto en quienes lo observen, y también hay mucha presencia del color, de la sensualidad, de lo táctil", afirma.
Entonces, collages, textiles, pinturas, trabajos como los de Santiago Yahuarcani responden a la iconografía de la Amazonia y su contexto y los materiales, explica Mayer; así como los "trabajos vinculados al color exclusivamente y cómo el color va avanzando a través del agua y papeles que absorben y transforman la materia", relata, son parte de la materialidad expuesta como los trabajos de la neuquina Croceri. Puede pensarse entonces "que todas las obras responden a un interés material" a los elementos con que están realizadas, y reflejan los "modos de hacer" como parte de la propuesta de este espacio en el marco de la feria de arte contemporáneo más importante de España.
"El trabajo de Jimena se caracteriza por la intención y el experimento, y buena parte de sus obras se centran en aquello que los elementos cotidianos le hacen a los cuerpos: el agua ablanda una caja de cartón, trepa por los capilares de un papel, arrastra pigmentos, la madera absorbe el líquido que suelta un huevo", relata sobre el elemento agua utilizado por la artista como algo que conecta en la serie de dibujos "Propagación" que exponen.
Por su parte, Silvina Pirraglia de Hache destaca que los curadores invitaron a participar a la galería con una propuesta de Santiago García Sáenz (conocido principalmente como un pintor religioso y naif), con "pinturas de los 90 y principios de los 2000 que estuvieron exhibidas en la muestra antológica" en Fortabat a las que suman "una acotada selección de dibujos tempranos producidos entre 1973 y 1982".
La selección tiene como ejes temáticos "la búsqueda de una identidad latinoamericana en su obra, la intolerancia sexual y la martirización, el VIH/Sida en relación a sus trabajos y finalmente la presencia de la naturaleza como espacio de libertad, sanación y redención", dice.
"Nuestra galería ha venido haciendo un trabajo sostenido a lo largo de los años para visibilizar el legado de García Sáenz en su propio país. Hemos generado documentación y pensamiento a través de distintas acciones, con el propósito de despertar interés y confianza en el mercado internacional", y agrega que luego de la muestra antológica "esta invitación era una buena oportunidad para dar a conocer su obra en el mercado europeo", explica Pirraglia.
Sobre esta elección, el propio Mayer indica la relevancia de que "una galería joven represente el legado de un artista como García Saénz".
En cuanto a lo temático no hay una especificidad que atraviese estás exposiciones, aunque están presentes lo ambiental tan en agenda por la crisis climática o los cuerpos disidentes y la mirada decolonial que atraviesa el trabajo de Poblete, por ejemplo.
"En el caso de Santiago González Sáenz es interesante esa mezcla del paisaje del litoral con un paisaje urbano, como en esos distintos contextos puede habitar una sensualidad particular y un despliegue de esa sensualidad", mientras que en "Poblete también habitan esos elementos pero orientado hacia una cuestión más vinculada a cierto interés decolonial, en marcar ciertas relaciones del vínculo entre primitivismo o cultura indígena y el mundo contemporáneo", compara.
La obra de Poblete, egresado de artes visuales por la Universidad Nacional de Cuyo y que se encuentra en Madrid en este momento, conjuga lo multidisciplinar de sus performances (foto y video), con objetos, pinturas y dibujos con delicadeza en los trazos que dan cuenta del imaginario andino y su búsqueda desde la identidad de género, lo trans, y su ascendencia de pueblos originarios que se observan en la serie de sus vírgenes cholas, pro ejemplo. Sus dibujos de acuarela y tinta sobre papel y trabajos en pan y alambre -materialidad de los trabajos que expone en el espacio madrileño-, dan cuenta de las tensiones que proyecta entre denuncia política y uso crítico de los estereotipos, el imaginario queer que cuestiona los paradigmas culturales y de género. La apuesta del espacio "Nunca lo mismo", que utiliza una cita del escritor argentino Osvaldo Lamborghini, incorpora lo literario como elemento, algo que a Mayer y Moscoso (curadora de la Bienal de Liverpool 2021 y directora de Center for Art Research and Alliances de Nueva York) les interesaba traer por la relevancia en el contexto latinoamericano donde "los artistas prestan atención a las formas que ha tenido la literatura para inventar sus propias obras o sus propios modos de decir". Y señala: "Lamborghini es uno de los escritores que más atención ha prestado a la relación oralidad y discurso y como colar en ese vínculo una forma nueva", a la vez que comparte que les resultaba muy atractiva la idea de nunca lo mismo para pensar un contexto en permanente cambio, "un arte que permanentemente se está inventando o reinventando a sí mismo, y que siempre va a ser nuevo", concluye Mayer.
Los otros artistas latinoamericanos son Rodrigo Arteaga (Afa Galería, Santiago de Chile), la venezolana Sol Calero radicada en Berlín (Chert Lüdde), Jonathas de Andrade (Continua, San Pablo); Alberto Casari y Santiago Yahuarcani (Crisis, Lima, Perú) y el argentino Eduardo Navarro (Proyectos Ultravioleta, Guatemala).
La Feria se desarrolla hasta el 27 de febrero en los pabellones 7 y 9 del Recinto Ferial de Ifema de Madrid y reúne obras seleccionadas que abarcan las vanguardias históricas, los clásicos contemporáneos y el arte actual con 185 galerías de 30 países y una fuerte presencia Argentina en esta edición.
Fuente: https://www.telam.com.ar/notas/202202/584368-arcomadrid-nunca-lo-mismo-arte-latinoamericano.html