Transfeminismo y pensamiento, en un libro que invita a habitar las tensiones del presente

Ana Longoni cmo evitar riesgos como la deshistorizacin que desactivan cualquier potencia crtica o cosifican materiales que no son obras de arte sino herramientas de agitacin Foto Prensa

El transfeminismo convoca al conocimiento y práctica intelectual, activista y artística desde el libro "Incitaciones feministas", compilado por Ileana Diéguez y Ana Longoni, quienes enhebran artículos variados que van desde la performance de las chilenas Las Tesis a las anotaciones de la antropóloga Rita Segato sobre sus ideas hechas virales, textos surgidos como propuesta fértil desde la atípica cátedra de "Pensamiento situado" que tiene como reflejo la actual muestra "Giro gráfico" en el Museo Reina Sofía de Madrid.
Editado por la cordobesa ediciones DocumentA/Escénicas como primer material de su colección Pensamiento Situado, esta textualidad performática convertida en libro se enfoca en cómo los feminismos y la diversidad atraviesan las sociedades latinoamericanas. El punto de partida es la reflexión originada desde la itinerante Cátedra Pensamiento Situado, dirigida por la investigadora Ileana Diéguez (UAM-Cuajimalpa, México) con participación de Ana Longoni (Conicet, UBA), espacio que comparte un lugar en el Museo Reino Sofía, y que tendrá su próximo encuentro en julio, desde Santiago de Chile.
¿Por qué hablar de transfeminismos? "Entendemos que hablar de transfeminismos o, mejor, desde los transfeminismos es tomar posición explícita en un campo de tensiones que han recrudecido en los últimos tiempos al interior del movimiento feminista, produciendo fracturas o resquebrajamientos que amenazan con una suerte de cisma. Esto no significa asumir una posición monolítica, ya que entendemos el transfeminismo como ´un enmarañado territorio de preguntas y tensiones´, como señala Fernanda Carvajal en su bello ensayo incluido en el libro", explica Longoni a Télam.
"Nos interesa situarnos claramente entre quienes tejemos hermandades y alianzas antidisidencias patriarcales con las sexuales, con las trabajadoras sexuales, con las migrantas, y con tantas otras, no solo por sororidad sino por convencimiento de que somos partícipes de las mismas luchas", señala la investigadora.
"En el primer encuentro de Pensamiento Situado en México en 2019 -que dio origen a este libro junto a aportes más recientes como el manifiesto de la activista boliviana María Galindo o la performance del colectivo chileno Las Tesis analizada por Rita Segato- se hicieron escuchar voces y énfasis diversos, que resulta significativo poner en diálogo sin aplanar sus fricciones o disonancias", indica la investigadora del Conicet y parte de la Red Conceptualistas del Sur.
El libro reúne autorías individuales y colectivas, registros de escritura múltiples: desde manifiestos de combate a poemas y cartas, consignas y canciones, crónicas y ensayos críticos, imágenes de performances, acciones gráficas y objetos. "Esos tonos suponen también moverse en el libro en un movimiento de vaivén, ya que el mismo artefacto elude cualquier posible lectura lineal y solitaria", acota Longoni.

Diseñado en tres secciones, la obra sintetiza en sus núcleos temáticos los desafíos y problemáticas de los transfeminismos, y entre sus textos incluye por ejemplo el registro de Guillermina Mongan sobre la artista Mariela Scafatti, ambas presentes en la exposición "Giro gráfico", que tiene lugar por estos días en el museo madrileño.
Cada título responde a consignas emblemáticas del movimiento transfeminista, explica Longoni, comenzando con "Voz a los movimientos del deseo" que "retoma una cita de la psicoanalista y pensadora brasileña Suely Rolnik convertida en bandera por el colectivo argentino Serigrafistas Queer en 2009". En otro eje aparece la consigna histórica de visibilización de los colectivos LGTBIQ+, "Existimos y resistimos", que propone "un cruce de diversas escrituras y visualidades trans, que se enuncian en medio del dolor y la furia, en peligro".
Otro de los núcleos es "Organizar la rabia", con "experiencias de autoorganización colectiva para la visibilización de la creciente violencia patriarcal y los feminicidios, poniendo en común herramientas gráficas y performáticas ideadas en México, Chile, Argentina y otras partes, que dan cuenta de que las calles gritan de muchos modos", en un articulado de "muchos posibles puentes o conexiones".
Ileana Dieguez Foto Prensa

Pero, ¿es factible escapar de la lógica de la academia para encontrar otras formas de juego de relación? "La única manera de plantear hoy ejercicios de pensamiento situado es desde una academia crítica o desde una crítica a la academia tradicional y colonial. Practicar pensamiento situado en Latinoamérica implica realizar una práctica decolonial como acto de ´cimarronaje intelectual´, como ha propuesto Ochy Curiel. Implica desmontar muchas metodologías, modelos teóricos legitimados como discurso de poder sin el suficiente reconocimiento a los saberes generados desde estas regiones donde vivimos, producimos y pensamos. Y claro que esto es posible y debemos hacerlo, sostenerlo desde nuestras maneras de estar en la academia", indica por su parte Diéguez.
"De alguna manera es una especie de activismo académico. Es posible desmontar las lógicas hegemónicas que se han legitimado -no sólo impuesto- que se han aceptado en las llamadas academias. Lo han hecho las feministas afroamericanas, lo están haciendo muchas feministas que desde Latinoamérica trabajan en las universidades o fuera de ellas. Lo hacen las activistas y artistas que saben que hay que atravesar los muros para intentar otras formas de relaciones. El diálogo entre los saberes situados producidos extramuros y los conocimientos legitimados intramuros es una necesidad para oxigenar y problematizar la llamada academia", reflexiona la investigadora.

Producto de una cátedra "nómade" universitaria, el libro articula cruces desde un "pensamiento situado" que desmonta esa mirada pretendidamente objetiva que postula la ciencia.
"La idea de un ´conocimiento situado´ fue planteada por Donna Haraway como desprendimiento de la teoría feminista del punto de vista. Haraway desarrolló una metaforología científica para desmontar la pretendida objetividad científica, profundamente masculinizada, oponiendo a ella una `objetividad encarnada` como diferencia situada. Esto ya implicaba una etimología no sólo situada, sino posicionada, implicada. En Latinoamérica esta perspectiva se problematizó y complejizó al reconocer la producción teórica afectada, atravesada por la experiencia y la situación contextual, como lo hizo Nelly Richard", explica Diéguez.
Y agrega: "Pensar situadamente implica tensionar las hegemonías academicistas y reconocer el modo en que se organizan otros saberes a la luz de las luchas sociales. Inevitablemente pensamos y accionamos desde nuestros espacios de enunciación, afectadamente. Para el espacio que hemos imaginado como una cátedra nómade es fundamental esta perspectiva".
El término feminismo acuña complejidades al ser tomada por el mercado que utiliza sus consignas para vender cosméticos y libros, entre otros productos y afianza un nicho de consumo, o bien desde organizaciones políticas internacionales como ONU Mujeres y su agenda que habla de los derechos de las mujeres desde arriba. Contradicciones que activa María Galindo en su ensayo "La jaula invisible": si los feminismos proponen transformaciones pensadas dentro de la dinámica capitalista aceptando la dificultad del cambio de paradigma, entonces, qué tan viable es aprovechar estas lógicas de mercado para amplificar reivindicaciones e impedir su conversión un objeto desechable.

"El feminismo no puede implicar una dinámica pasiva porque simplemente sería una retórica, y el feminismo es una práctica. Sin embargo, el uso de la palabra muchas veces como ejercicio de corrección política, ha neutralizado el término. Galindo ha dicho que dan ganas de inventarse una palabra que no provenga de la instrucción académica (ni de lecturas de Simone de Beauvoir o Judtih Buttler) sino de la intuición, y desde ese malestar ha inventado la idea de un ´feminismo intuitivo´ no alineado a ninguna ideología, a ningún discurso o partido, sino como un acto de desobediencia ante el disciplinamiento patriarcal", analiza Diéguez.
"Es fundamental estar atentas a las distintas configuraciones de lo patriarcal, a las distintas maneras de opresión y explotación. No es sólo contra el capitalismo y el neoliberalismo que debemos posicionarnos para defender la vida. También el socialismo ha creado formas patriarcales desde las que se controla, se dosifica y se decide la vida de las mujeres. Los fetiches y las arengas se crean desde las mercancías capitalistas, pero también desde las mitificaciones de las ideologías socialistas. Creemos en el feminismo como una horadación contra todas las lógicas de mercado, contra todas las formas de poder y de alineación ideológica", concluye Diéguez.

 


Ana Longoni investigadora Foto Prensa

 "Giro gráfico": el testimonio de la huella de contextos opresivos en Latinoamérica

En un contexto mundial complejo comprender el cruce entre práctica artística y activismos que llegan a habitar los espacios museísticos y que dejan su huella con muestras como la actual "Giro gráfico" en Madrid, coyunturas como feminicidios, los 43 estudiantes normalistas desaparecidos en Ayotzinapa (México) en 2014 y otros ejemplos expuestos en el libro "Incitaciones transfeministas" plantean el desafío de "estar alertas antes estas expresiones que se dan por fuera de estos espacios pero sin ser ingenuos sobre sus contradicciones intrínsecas", indica Ana Longoni.

"El ingreso al régimen museal de experiencias activistas gestadas en las calles, fuera del sistema del arte, supone estar alerta e interrogarnos ante dilemas y cuidados muy concretos: ¿cómo evitar riesgos tales como la estetización, la deshistorización, la banalización que desactivan y aplanan cualquier potencia crítica o cosifican materiales que no son ´obras de arte´ sino herramientas de agitación?", plantea la investigadora.

"A la vez creemos que el museo puede ser entendido como un espacio público capaz de dar a conocer demandas de grupos subalternos, que preserve memorias insumisas, que conecte experiencias díscolas que de otra manera quedarían aisladas u olvidadas", dice. Y agrega: "No queremos pecar de ingenuidad, y somos conscientes de cómo los ´activismos artísticos´ se han instalado como tópico en la agenda contemporánea del mundo del arte. Ojalá seamos capaces de concitar y provocar modos sensibles de experiencia y de conexión que amplifiquen y prolonguen los ecos de demandas, nombres, rostros, vidas e historias que nos importan, nos interpelan y nos movilizan".

En sintonía con esto, la muestra "Giro gráfico. Como en el muro la hiedra" inaugurada en Madrid, exhibe el largo proceso de investigación colaborativo de la Red de Conceptualismos del Sur (RCS, www.redcsur.net), que integra Longoni -exdirectora de Actividades Públicas del Reina Sofía-, en colaboración con el museo madrileño.

Se trata de un recorrido por las iniciativas gráficas de las últimas seis décadas que confrontaron contextos de urgencias políticamente opresivas en América Latina, en articulación con estrategias de transformación y resistencia: movimientos pro derechos indígenas, luchas por la memoria de las víctimas de las dictaduras en Chile, Argentina, Perú o Uruguay, activismos queer o feminismos.

Organizada por el Museo Reina Sofía y curaduría de la RCS, la muestra establece un diálogo de afinidades entre ciclos históricos así como sus tensiones, latencias y transformaciones en las prácticas gráficas (del 18 mayo al 13 octubre); una muestra que en su itinerancia, recalará en el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) de la UNAM, en noviembre.

Para Longoni, este proyecto colectivo de largo aliento, como lo define, se concreta tras más de cinco años con la participación de 30 investigadores latinoamericanos**. Una exposición con un "nutrido programa público que la acompaña que estará hasta octubre en el Reina Sofía y luego irá al MUAC (México) hasta julio del año próximo", refiere.

"Nos propusimos poner en relación diversas formas de acción gráfica ocurridas en América (incluyendo a los movimientos negros, chicanos e indígenas en Estados Unidos). Entendemos "gráfica" en un sentido amplio, o mejor dicho estallado, que incluye bordados, cartografías, acciones y otras herramientas que contribuyen a disputar y ocupar las calles y espacios públicos. Impulsadas por colectivos activistas, artistas o movimientos sociales, estas prácticas pueden visibilizarse, conectarse y amplificarse en la caja de resonancia que significa el museo, trazando además relaciones y diálogos entre el tiempo presente y otros momentos históricos, en una comprensión del tiempo que no es lineal sino más bien cíclica o espiralada", señala.

Y sobre la "La Red Conceptualismos del Sur" explícita que "se define como una ´trama afectiva y activista´ que impulsa desde 2007 una serie de proyectos de investigación, archivo, curaduría, publicación, y tomas de posición colectivas en torno a los cruces y tensiones entre arte y política".

 

Fuente: https://www.telam.com.ar/notas/202205/593156-giro-grafico-muestra-contextos-opresivos-latinoamerica.html

 

**Investigadores:

Lucía Cañada, Fernanda Carvajal, Fernando Davis, Guillermina Mongan y Juan Pablo Pérez (Argentina); Clara Albinati, María Angélica Melendi y André Mesquita (Brasil); Nicole Cristi, Javiera Manzi y Paulina Varas (Chile); Tamara Díaz y Suset Sánchez (Cuba); Oscura Díaz y Sylvia Suárez (Colombia); Jesús Barraza y Josh MacPhee (EE.UU.); Carlos Henríquez Consalvi (El Salvador); Sol Henaro, Cristina Hijar, Elva Peniche y Annabela Tournon (México); Damián Cabrera (Paraguay); Moira Cristiá (París); Rodrigo Quijano y Rosanna del Solar (Perú); Miguel Piccini (República Dominicana), y Sebastián Alonso, Fernando Miranda, Gabriel Peluffo y Gonzalo Vicci (Uruguay).

Más información en https://www.museoreinasofia.es/exposiciones/giro-grafico

 

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